Diversidad funcional
Es un término alternativo al de discapacidad que ha comenzado a utilizarse en
España por iniciativa de los propios afectados. El término fue propuesto en el Foro de Vida Independiente, en enero
de 2005, y pretende sustituir a
otros cuya semántica puede considerarse peyorativa, tales como
"discapacidad" o "minusvalía". Se propone un cambio hacia
una terminología no negativa, no rehabilitadora, sobre la diversidad funcional.
Diversidad funcional podría entenderse, alternativamente, como un fenómeno,
hecho o característica presente en la sociedad que, por definición, afectaría a
todos sus miembros por igual. Es decir, dado que en la sociedad existen
personas con capacidades o funcionalidades diversas o diferentes entre sí,
afirmaríamos que en la sociedad (o en un determinado grupo social) existe o se
produce diversidad funcional (del mismo modo que se observa diversidad
cultural, sexual, generacional...). Desde este punto de vista no tendría
sentido hablar de "personas con diversidad funcional" pues todas las
personas somos igualmente diversas o diferentes unas de otras (del mismo modo
que no tiene sentido hablar de "personas con diversidad sexual",
"personas con diversidad cultural" o "personas con diversidad
generacional"). Para quienes sostienen esta perspectiva, entonces,
"diversidad funcional" no sería un término alternativo a
"discapacidad" sino un término para referirse al hecho de que entre
los miembros de la sociedad (o de un determinado grupo social) cada uno tiene
unas determinadas capacidades, lo cual genera una diversidad que (como el resto
de diversidades) debe ser gestionada de modo que no se produzcan (o que, en su
caso, se corrijan) exclusiones o discriminaciones.
El término oficial para referirse
a las personas con diversidad funcional es, por ahora, "personas con
discapacidad", que es el concepto que recoge la Organización Mundial de la
Salud en la Clasificación
Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud[1] y que la legislación internacional y las asociaciones representantes de
personas con diversidad funcional emplean
de forma mayoritaria.
Con el término diversidad
funcional se propone una nueva visión que no es negativa, que no implica
enfermedad, deficiencia, parálisis, retraso, etc. con independencia del origen
patológico, genético o traumático de la diversidad en cuestión. No obstante, no
se niega el hecho de que se habla de personas que son diferentes a la norma
estadística y que por ello realizan algunas de sus funciones de manera
diferente a la media de la población.
Bajo la perspectiva ideológica de la Diversidad
Funcional se considera esencial apoyar la independencia en
todos los ámbitos de la vida cotidiana: educación, trabajo, edificación,
transporte, comunicación, información, ocio, etc. dando a cada persona las
herramientas que precise para desarrollarse en esos ámbitos, de manera que tome
el control de su propia vida, pero esta filosofía siendo realista no se aplica para los
individuos con discapacidad intelectual o cognitiva severa, pues reconociendo
que su desarrollo o maduración los ubica
en edad mental de un infante , sería
como suponer que a un niño se le pide asumir el control de su vida sin contar con
la madurez mental suficiente, por ello se plantea que este movimiento refuerza
los derechos de las personas con discapacidad mínima pero atenta contra las medidas
de protección e intervención que
requieren los que presentan discapacidad severa, al negárseles la atención especializada
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